¿Entrenas de manera regular y no ves resultados? Entonces estás haciendo algo mal en tu entrenamiento. Tienes que partir de la base de que la genética y el cuerpo de cada persona es diferente. Lo que le funciona a cualquiera de tus amigos no tiene por qué servirte a ti. De la misma manera, que un
No obstante, debes analizar tus rutinas, ya no solo en el gimnasio sino fuera de él. Examina tu despensa y piensa en tu estilo de vida. ¿Eres de los que pican entre horas? ¿Te conoces todos los bares de copas de tu ciudad? Todo suma y… ¡todo resta! Si ahora mismo estás recopilando todo lo que haces día a día y aun así no das con la razón por la que no estás alcanzando los objetivos que esperabas, atento a estas indicaciones, porque quizá estés cometiendo alguno de estos errores.
Haz que tu entrenamiento sea efectivo
No estás controlando el tiempo ni la intensidad
Como ya he comentado en alguna ocasión, que pases 5 horas al día en el gimnasio no es sinónimo de éxito. Todo depende del tiempo y la intensidad con la que realices tus rutinas. De poco te servirá hacer sentadillas con mancuernas durante 15 minutos si apenas notas que estás trabajando ningún grupo muscular. Es mejor hacer repeticiones rápidas e intensas con las que quemarás más grasa y aumentarás el tamaño de tus músculos. ¡Y no te olvides de controlar los descansos!
Haces cardio antes de los ejercicios de fuerza
Es un error común que veo mucho en los gimnasios. ¿Por qué en tu entrenamiento no debes hacer el cardio antes de las rutinas de fuerza? Porque interfieres en tu capacidad muscular posterior. Lo ideal es invertir el orden, primero fuerza y después cardio. Cuando entrenas fuerza estimulas el sistema nervioso muscular, que hace que mejore tu tono muscular, y te prepara para tu entrenamiento de cardio. Si lo haces al revés estas fatigando tus músculos y no obtendrás el máximo rendimiento de tu rutina cardiovascular. Así que ¡grábatelo!, primero fuerza, después resistencia cardiorrespiratoria.
Te pasas una hora corriendo o en la bici a ritmo constante
Quieres adelgazar y te has convencido de que cuanto más cardio hagas, antes verás cómo bajan los kilos en tu báscula. ¡Error! Correr, hacer bici o nadar durante 40 minutos o una hora a un ritmo constante no tendrá la repercusión que esperas en tu peso. Mejorarás a nivel cardiovascular, sí, pero el impacto a nivel energético será reducido. ¿Mi consejo? Emplea métodos basados en intervalos como, por ejemplo, el HIIT o Tábata. Realiza series de alta intensidad seguidas de descansos para poder mantener la intensidad en el siguiente intervalo.
Te olvidas de la fuerza cuando quieres perder peso
No te vas a convertir en Hulk por entrenar la fuerza. Tranquilo. La pérdida de grasa está relacionada con la aceleración del metabolismo por lo que si desarrollas más la musculatura, más fácil será que aceleres el metabolismo y quemes grasa. No obstante, debes tener en cuenta que cuando te pones a dieta, el cuerpo tiende a ralentizar el metabolismo como mecanismo de defensa preparándose para consumir menos alimentos a los que está acostumbrado. El trabajo de fuerza es fundamental para combatir esa ralentización metabólica y, si lo suprimes de tu entrenamiento y únicamente te centras en el cardio, no lograrás los resultados que esperabas.
Siempre haces lo mismo y te has malacostumbrado a las máquinas.
Te has acomodado en una rutina determinada y es imposible sacarte de ahí. Sí, sales todos los días a correr pero… siento comunicarte que tu entrenamiento está siendo bastante incompleto. Estás trabajando siempre lo mismo y así es imposible que avances. Combina varias disciplinas, sé versátil, prueba distintas rutinas… Haz cardio, fuerza, trabaja tu postura, aumenta tu flexibilidad, mejora tu coordinación… Solo así conseguirás resultados en todo tu cuerpo y, además, estarás evitando caer en un bucle de aburrimiento que hará que abandones por completo tu entrenamiento.
No te alimentas de una manera adecuada
Como ya te he dicho antes, todo suma y todo resta. De nada sirve que te machaques cada día si luego tu alimentación no es la correcta. Una dieta basada en proteínas, verduras, frutas y grasas buenas te ayudará a acelerar tu metabolismo y aumentar o mejorar tu musculatura, eliminando la grasa de forma más rápida. Olvídate de las bebidas azucaradas que sólo aportan calorías vacías. No te saltes ninguna comida. En definitiva, ¡recupera la energía que has consumido de una manera sana y equilibrada!
Estos son algunos de los errores que pueden sabotear tu entrenamiento, ¿te ves reflejado en ellos? Si no es así y no consigues averiguar por qué no bajas de peso, mejoras tu tonificación o aumentas tu musculatura, sigue bajando y descarga mi plan gratuito 😉