¡Hola mis Orlanders! Sois muchos los que me preguntáis sobre qué desayuno, qué como… pero hay algo más importante que qué comemos, y es la conciencia sobre lo que comemos. Muchas veces nos condicionamos por creencias, por mitos, en lugar de probar y medir resultados, y sobretodo, nos saltamos confiar en profesionales que ya han visto miles de casos similares, y se pueden anteponer a cualquier piedra en el camino.
Ayer lo comentamos, con el directo con Enrique Bernabeu, creo que para conseguir el cuerpo donde te sientas a gusto, importa un 70% la dieta, y un 30% el entrenamiento, por eso os quiero contar las 9 creencias nutricionales que más daño nos hacen.
Mito 1: Creer que hay alimentos que «engordan»
Especialmente señalado en algunas frutas como el aguacate, el plátano, las uvas o algunos tubérculos como las patatas o el boniato. Las legumbres también pueden llegar a genera controversia en este sentido. Esto es debido a que la palabra «legumbre» no engloba el concepto del alimento en sí, sino que hace referencia a esas preparaciones culinarias altamente calóricas que bañan la gastronomía: cocidos, fabadas, lentejas riojanas y un largo etcétera.
Muchas personas se pregunten aquello de «pero el plátano engorda, ¿no?». Pero no. Absolutamente ningún alimento tiene el poder de engordar (ni de adelgazar) por sí solo. Lo que llevará a obtener un resultado u otro en relación a la pérdida de peso, será nuestro balance energético al final del día. Con cualquier alimento, además de con los ejemplos aquí expuestos, habrá que adaptare a cada individuo en función de su objetivo, antropometría, activad diaria, etc.
Mito 2: Ser un talibán alimenticio y meterlos en listas negras.
Si buscamos el peso deseado o el estado óptimo de salud, la persona indagará sobre cuáles son los alimentos hay que eliminar de la alimentación para alcanzar ese objetivo de bienestar.
En este grupo es frecuente escuchar que pueden llegar a dejarse de consumir alimentos que son una fuente de hidratos de carbono como es el caso de la pasta, el arroz o las patatas.
Mito 3: sin gluten es mejor
Es uno de los peores falsos mitos. Esto es muy polémico. El gluten es una proteína naturalmente presente en la composición de diversos cereales. Al realizarse su digestión se forman unas partículas más pequeñitas que, en casos concretos de determinadas patologías relacionadas con la ingesta de gluten, provocan cierta reacción en el organismo.
Solo en esos casos, previamente diagnosticados por el facultativo correspondiente, se pautará una dieta sin gluten.
La tendencia natural a la generalización sin analizar los contextos, además de la publicidad sesgada que no contribuye a transmitir el mensaje de que el concepto «sin gluten» no implica necesariamente que sea saludable.
Mito 4: Si es integral engorda menos
Al comenzar una «dieta» alguna personas se dedican inmediatamente a comer todo integral ya que, a su modo de ver, eso engorda menos. Pero en realidad la cuestión es que lo que caracteriza a un alimento integral es que contiene más fibra con respecto a otro que no lo sea. Si por ejemplo comparamos 100 g de pan blanco con 100 g de pan integral, nos encontramos con que el primero contiene 250 kcal y 3,5 g de fibra y el segundo 251 kcal y 6-8 g de fibra. Por tanto si atendemos a las kilocalorías, ambos aportan la misma energía.
¿Cuál será mejor? La norma general, lo mejor será elegir alimentos integrales frente a aquellos que no los son. Sin embargo esto es algo que dependerá de la casuística concreta de cada persona e incluso habrá determinados cuadros clínicos o determinadas poblaciones para las que sea una mejor opción el consumo de pan blanco.
Mito 5: Si como sano, ya me olvido de lo demás-
Comer sano es una de las cuatro patas que integran la silla de la nutrición, pero si se tiene un objetivo más allá de la salud global será preciso marcar unos límites a las cantidades que ingerimos.
¿A cuántas personas habéis escuchado decir que han engordado a pesar de comer solo productos dietéticos?
Mito 6: Pensar que las calorías no importan
Quizá hayáis escuchado alguna vez (y no será la última) aquello de «como muy sano, solo comida real, supersaludable, pero no consigo mi objetivo. Sin embargo, mi primo come fatal, pasta, pizza, lasañas… y esta como un fideo». Esto se debe a que no se ha alcanzado un balance energético adecuado, para ninguna de las dos personas de ese ejemplo, tanto por exceso de calorías con comida «limpia» como por defecto de ellas con comida «basura».
Por tanto, para conseguir un propósito concreto habrá que llevar a cabo una adecuada selección de alimentos y traducirlos a unas calorías determinadas, dependiendo del objetivo individual de cada persona.
Mito 7: Conferir un poder detox a los alimentos
Durante muchos años, y aún a día de hoy, hemos estado leyendo información sobre alimentos détox que nos «limpian» o sobre dietas que alcalinizan el organismo. Pero todas esas informaciones no tienen sentido pues gracias a la naturaleza (el ser humano es una máquina con un diseño increíble) el organismo dispone de una serie de órganos encargados de «limpiarnos» (hígado, pulmón, riñones).
Del mismo modo, nuestro organismo se encarga de mantener el nivel de pH según corresponda, ya que no será el mismo en todas las zonas de nuestro cuerpo. Ni somos ácidos ni somos alcalinos, sino que somos un «equilibrio» de PH y es gracias a ello que puede darse la absorción y transporte de nutrientes, así como la eliminación de aquello que no necesitamos.
Mito 8: Creer en el poder adelgazante de las «calorías negativas»
Este mito es uno de los más populares, más antiguos y que sin duda continúa vivo. Se tiende a decir que alimentos como el apio, el pepino o la manzana contienen «calorías negativas». Es decir, que en lugar de aportarnos energía nos hacen gastarla, ya que para su masticación y digestión se precisa mayor energía que la que el alimento en sí nos aporta.
Pero esto no es correcto. Para entenderlo veamos el ejemplo de la manzana. Partimos de la base que para usar 1 kcal de energía sería necesario un tiempo de masticación de 3 minutos. Si la manzana nos aportase por ejemplo 80 kcal, tendríamos que estar masticando en torno a 4 horas para que la manzana hiciera el efecto de «calorías negativas».
Mito 9: Endiosar una dieta determinada
En ocasiones los medios de comunicación, los famosos o los influencers han llevado a cabo un determinado método dietético y lo han comunicado a sus seguidores. El efecto provocado en algunos casos ha sido que se haya relacionado la imagen de esa persona con el método en concreto llevándonos a pensar que si nosotros también lo hacemos lograremos quedarnos como esa persona a la que tanto admiramos.
Pero para conseguir tu mejor versión, con un peso adecuado y con salud, lo ideal es que te pongas en manos de un profesional que enfoque tu caso, atendiendo así a tus necesidades individuales, todos somos un mundo, e incluso con la mejor dieta del universo, si no es para ti, no funcionará.
¡Feliz fin de semana mis Orlanders!