De pequeño siempre he sido un niño bastante reservado, en mi infancia no me ha gustado nada el deporte, la verdad que el único deporte que hacía era el que nos mandaban hacer en la asignatura de educación física. […] Mi madre me tenía que comprar la ropa en las tallas especiales de El Corte Inglés, hecho que me daba algo de vergüenza […]. Después un par de años yendo a entrenar a distintos gimnasios me daba cuenta que los resultados no llegaban, lo que provocaba pérdida de motivación, eso, junto con un par de lesiones graves en las lumbares me hicieron darme cuenta que algo había que no lo estaba haciendo bien […] Hasta el momento de conocer a Fabri, siempre he pensado que el tener un entrenador personal es algo muy costoso económicamente y que eso era para gente que estaba más familiarizada con el deporte, y no para gente que estaba empezando, sin hábitos en el deporte y mucho menos en el gimnasio. […] […]Las tres cosas que más me gustan de entrenar con Fabri son la simpatía, lo ameno que hace los entrenamientos y lo fácil que explica los ejercicios para que podamos hacer una ejecución correcta evitando así las posibles lesiones. […] En cuanto a tema económico, […] compensa ya que ves los resultados y por lo menos no tienes la sensación de estar perdiendo el dinero ni el tiempo, que también es importante.